martes, 21 de abril de 2009

TOMATES


Sin luz, no se ve lo que se sera
La radiación solar cuando llega a los cultivos ya ha sufrido una serie de reducciones por diversos factores atmosféricos y por la nubosidad. Si este cultivo crece dentro de un invernadero el aporte de la radiación será aún menor pues la cubierta impone otra barrera. El tomate es una hortaliza exigente en luz. Lo es durante todo su desarrollo, pero muy especialmente en las etapas vegetativa y de floración.La luz interactúa fuertemente con la temperatura, y es así que para niveles bajos de luz las temperaturas óptimas que favorecen al cultivo son distintas a las necesarias para niveles altos de luz. A su vez, cada combinación luz-temperatura necesita un rango determinado de CO2 para llevar adelante la fotosíntesis de la manera más eficiente; y cada combinación luz-temperatura- CO2 requiere de un rango apropiado de agua, y así sucesivamente se asocian todos los factores involucrados en la producción.Diversos estudios han demostrado que cuando falta luz en las primeras semanas de desarrollo del tomate se resienten los rendimientos de forma irreversible, ya sea por menor producción de hojas (que son la fuente de asimilados para los frutos), por menor número de flores diferenciadas por racimo, por menor peso y tamaño de frutos formados o por mayor tiempo requerido para la maduración (lo que significa mayor tiempo de exposición del fruto a plagas, enfermedades, fisiopatías, etc.).

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